domingo, 8 de julio de 2012

Lecciones de viaje N. 1


Cada vez que se emprenden caminos de viaje, sea cual sea el motivo, este nos trae enseñanzas que dejamos pasar puede que no en su forma, pero sí en su fondo. Este espacio que comenzaré a narrar desde hoy busca dejar para mi vida un registro de esos detalles que en cada instante nutren mi viaje, bien llamado vacaciones, y le dan un nuevo aspecto y/o generan nuevos aprendizajes en mi vida.

Embarqué hacía el viejo continente con las expectativas y las ganas a flor de piel, muchos dicen que en la vida no hay que esperar nada pero previo a este viaje la posibilidad de que no se presentara era de 70 contra 30 en una escala de 100 y por eso y mucho más se confirma que las casualidades no son tal y que por alguna razón yo debo estar en los lugares que voy a estar y conocer, compartir y nutrir mi vida con la gente que voy a estar.

Lo primero que quiero eliminar en este descanso es el celular. Nada de Rooming Internacional ni nada que me permita sentir su sonido, ni contestar un chat del Blackberry, ni leer el correo del trabajo. Primera regla entonces: cero celular.

Lo segundo que quiero tener muy presente es hacer conciencia de todo. Somos tan humanos como particulares pero algo que nos es muy difícil es dejar de ser tan autómatas en nuestros movimientos y por un momento permitirnos sentir y ser conscientes de todo lo que hacemos.

Disfrutar la toalla caliente en el avión, comer despacio incluso en el avión, ser feliz a la hora de hacer la siesta mientras vamos de un trayecto a otro, son de esas cosas que ya empecé a hacer en este viaje.

Hablar con la gente es también enriquecedor. En apenas 2 trayectos de mis 11 destinos no se alcanzan a imaginar lo que he aprendido con solo eso, hablar con la gente. Adriana en Paris y Julieta en Bruselas me han mostrado sus puntos de vista sobre todo, conocer lo que pasa en estas ciudades y cómo vive su gente, entender su propio mundo y llenarse de conocimiento gracias a los demás será otro tema indispensable en este recorrido.

Po último y no menos importante tiene que ver con la historia. Cada ladrillo, cada espacio, cada rincón de una ciudad tiene su propia historia, entender lo que vivió este hemisferio, con sus guerras destructoras encima y con sus líderes será tan apasionante como llamativo.

Escribo esto apenas en 4 días de 24… comenzamos.

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