miércoles, 11 de julio de 2012

Lecciones de viaje N. 3


El anochecer en verano


Noche en la Gran Plaza de Bruselaa
Somos ecuatoriales,  somos latinos, y eso tiene unas ventajas particulares. Para otros podrán ser desventajas, pero sin darle la razón a nadie si debo manifestar mi punto de vista sobre esta tierra tan minúscula al lado de los demás planetas y que en sus movimientos de rotación y traslación, nos da a todos y cada uno en el planeta, una experiencia diferente en cuanto a los tiempos de luz y oscuridad.

El hecho de permanecer en un lugar en donde amanezca a las 5 de la mañana y oscurezca a eso de las 10 de la noche, en definitiva, lo mueve a uno de una manera especial.  En mi corta estadía en tierras europeas no he tenido sueño en la tarde (cosa que me sucede en Colombia muy a menudo); al ver la claridad del día el reloj se convierte en pieza fundamental, pueden ser las 8 de la noche y el sol está con su mayor brillo; son las 8 de la noche y dan ganas de salir, cuando está oscuro a las 8 de la noche a mi no me provoca sino descansar, parece pensamiento de abuela pero así es; hay que dormir con cortinas que tapen bien la luz, a quien le moleste creo que no será agradable dormir a las 9 de la noche con luz de día en su cuarto; ver la luna y el sol compartir espacio en el firmamento lo hemos visto todos, pero no a las 12 del día, por lo menos nunca fui consciente de ello, y confieso q es una de las imágenes más bellas que he visto

En este observar el cielo, ya en una noche oscura, me correspondió ver la luna acercándose a lo que llamamos Luna Llena. Quien estaba conmigo me preguntó la diferencia entre esta luna y la que veo a diario en Colombia, yo la vi igual. Cuál sería mi sorpresa con la explicación de una de mis anfitrionas que me hizo caer en cuenta de que la “llenada” de la luna en nuestro hemisferio es de abajo hacia arriba, mientras que en este es de arriba hacia abajo. Detalles, detalles que parecen insignificantes pero que resultan además de hermosos, bien interesantes.

El otro lado de la moneda es cuando estos países están en invierno, ahí si pasa todo lo contrario y su vida está concentrada ya no en el exceso de luz, sino en la cantidad extrema de oscuridad. Me cuentan, quienes viven en este continente, que amanece entre las 7 y las 8 de la mañana y oscurece antes de las 6 de la tarde. Para ellos, un tiempo frio, oscuro y sórdido, que pocos disfrutan por los días tan grises y que a muchos molesta.

En todo caso, oscuridad o luz, lo vivido en este espacio es también muy simbólico en mi experiencia viajera. Como si la luz quisiera darme una lección: somos tan rutinarios en los países ecuatoriales que se nos olvida que existe la posibilidad de que la luz y la oscuridad no se den siempre en tiempos precisos, y si llevamos esto a un espacio menos terrenal, en cualquier momento de nuestras vidas habrá más luz que oscuridad y viceversa y debemos tratar de aprender a manejarlo, así no estemos acostumbrados.

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