lunes, 6 de julio de 2015

El cimbronazo de la muerte

Parecería extraño que yo, que sentí la muerte muy cerquita cuando perdí a mis padres de manera inesperada, en un accidente de tránsito, no tuviera muy claro que lo que significa esa funesta palabra de 6 letras.



Siempre he pensado que sí, que lo tengo claro, pero historias que han pasado esta semana me han cuestionado de mil maneras lo que siento con la muerte, lo que quiero de la vida y lo que espero del día a día. 

Primero se habló de eutanasia. Personalmente estoy de acuerdo con ella pero no dejó de...
...pensar en el impacto de preparar, despedirse y poder tomar decisiones concretas antes de que la certera muerte llegue. No dejo de pensar en lo que debe sufrir un ser humano para pedir morir dignamente. Me da vueltas en la cabeza el cómo se prepara una familia para despedir a alguien que pide a gritos que lo dejen partir. Ir de frente al encuentro con la muerte cuando ya no hay más opciones, cuando la vida se está agotando de a pocos y, cuando la enfermedad duele más si se prolonga, es un contrasentido que me causa desasosiego, profunda tristeza y desvelo.

Luego vino lo del Hombre Pájaro, ese colombiano apasionado hasta la médula por lo que hacía: surcar el viento. Un joven de 32 años quien murió feliz, porque no se puede pensar otra cosa, en una montaña lejana a la de su tierra, preparándose para una competencia por los aires. Ese hombre que, a pesar del riesgo, ya había advertido a su familia que estuviera siempre preparada para una noticia así. No sé si Jhonathan Florez tenía tan claro que la muerte podía llegar en cualquier momento. Yo pensaba que lo tenía claro hasta que supe de su partida y sentí un frío y una angustia por él y por los suyos, a pesar de no conocerlo.  Pensaba en su felicidad volando por los aires y en esa felicidad, que aseguran quienes lo conocieron, debió tener a pesar de morir, de irse para siempre y dejar un sinnúmero de vídeos, sonrisas, enseñanzas y mensajes. Una partida que me impactó, me movió el piso y me enseñó de la felicidad que deja sentir pasión por lo que se hace.

Esa pasión quedó luego reflejada por el mensaje de una amiga, Sara Jaramillo Klinkert que voy a copiar fragmentado y con su permiso en este humilde blog: "(...) me voy dos meses para la selva de Costa Rica como voluntaria de The Ara Proyect, una fundación dedicada a rehabilitar y preservar la vida de la guacamaya tricolor y la gran guacamaya verde, actualmente en grave peligro de extinción. (...) Tras esta noticia, que puede dejar extrañados a muchos pero, sin duda, felices a quienes realmente me conocen, sólo quiero dejarles una pequeña reflexión. Todos en el fondo tenemos algún sueño extravagante, tanto que no luchamos por él porque lo creemos demasiado loco o inalcanzable, porque qué van a decir lo amigos o cómo se van a ausentar del trabajo. (...) 

Todo esta ha sucedido en medio da una enseñanza grande que me está dando la vida, enseñanza que aún no he terminado de procesar. Una gran amiga, con la que compartí infinitas aventuras durante mi año en Inglaterra y a quien estuve visitando hace tan solo un mes en San Francisco, recién se enteró de que tiene tres meses de vida. Estaba, como todos nos mantenemos, llena de planes para el futuro, de cosas por hacer, de sueños por cumplir. Pero solo tiene tres meses y mil preguntas que nadie le puede responder. (...) Así que, por si a alguien le toca el alma, les comparto mi conclusión de todo esto: no dilaten más sus sueños, de nada sirve tener mucho dinero en el banco y no tener la juventud, la energía, el tiempo o simplemente un mañana para gastarlo. Uno no va por la vida haciéndose más joven, la vida es hoy, es ahora. Muchos “mañana” se quedaron esperando promesas que jamás alcanzaron a cumplirse.  Por eso mi ahora será con mis guacamayas y lo hago en tu nombre, porque bien sabes que era mi sueño".

Aquí dos cosas. La primera: cómo asimila uno el golpe de que tiene 3 meses de vida y ya?. Mis respetos para quienes han tenido esa experiencia y están vivos, así como para quienes lo vivieron y ya no están. Es una carrera contrarreloj que carcome el alma, la existencia y le pega a uno una sacudida violenta, difícil de entender.


Lo segundo: que valiente y ejemplar es Sara. Volar hacia sus sueños, vivir intensamente cada segundo. Dejar a sus amigos con la boca abierta y el cuestionamiento en la cabeza. Mostrarnos lo que usualmente no vemos porque estamos en una zona de confort.


Solo tengo claro que termino este escrito hoy, a pesar del cansancio que me cobija, porque tenía este taco clavado entre pecho y espalda que me movía automáticamente las manos aún con los ojos cerrados. Tengo claro que faltan muchos sueños por cumplir y que no puedo dilatar mucho, que sé que la vida es cortica, que a pesar de todo mi sensación hacia la muerte es variable y compleja de entender porque mezcla entendimiento con respeto e incertidumbre, y que el cimbronazo de esta semana me dejó más preguntas que respuestas. 

1 comentario:

  1. Como dice Juanes "la vida es un ratico".... no hay tiempo para aplazar. La vida es HOY

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