Presentación de la Academia Jazz Dance en el Centro Comercial Los Molinos. |
Aunque el baile en los primeros años es instintivo, al aprender de los que saben entendemos que el baile no es brincar así porque sí, no es mover el cuerpo sin control, el baile empieza con una melodía que inunda el cuerpo y este pule sus movimientos instintivos con técnica. Y no me pregunten las posiciones porque no he podido con tanto nombre raro (relevé, chassé, passé, pas de bourrée) pero si les digo que cada movimiento tienen una razón de ser y el cuerpo de manera especial y misteriosa, responde.
Ya creo que más de la mitad de mis contactos en Facebook deben estar cansados de que hable de baile, de la presentación en el Teatro, de la presentación en el Centro Comercial y ya hasta me dicen bailarina, cuando me ven por la calle. Ojalá tuviera esa "chapa" pero aclaro que solo soy una aprendiz de bailarina que encontró en el baile, así como en otras épocas lo hice con el patinaje, esa válvula de escape a los problemas, ese rinconcito de vida que me regala unos minutos de felicidad completa y de relajación total.
Cuando bailo olvido los problemas, la mente no piensa en los daños del corazón, en la cuenta que hay que pagar, en las presiones laborales ni en el día de mañana. Es como si la música se metiera cuerpo adentro y simplemente sanara todo lo que debe sanar, por eso digo que danzar es mi terapia. ¿Cuál es la tuya?
Y es que hace poco escribí un tweet invitando a todos mis seguidores a que retomen esos pasatiempos, hobbies o actividades que nos gustan hacer y que nos sacan de la rutina. La respuesta fue inmediata y al menos creo que cumplí el objetivo: Hacerlos recordar actividades como jugar tenis, pintar, coser, leer, hacer manualidades, tejer, montar en bicicleta, hacer scrapbook y muchas más que se convierten en terapia.
Piensen por un momento cuál fue la razón para dejar de hacer esa actividad alterna que les gusta. Y aunque su razón sea de peso, busque la manera de que salir de la rutina se convierta también en una razón de peso para usted. Hágalo por su salud mental, por su salud física, por su tranquilidad y felicidad. Hágalo y experimente (por si no lo ha hecho) esa sensación distinta, le aseguro que sonreirá más, que tendrá más energía, que tendrá mejor concentración, su memoria mejorará y dormirá más tranquilo.
¿Por qué dejar todo para cuando nos vayamos a jubilar? es emocionante ver a los adultos mayores hacer la actividad que siempre quisieron hacer, como tocar piano, guitarra, bailar tango, etc, pero a más de uno le he escuchado decir: ¿Yo porqué me dormí tanto para empezar tal cosa...? Que esa felicidad que ellos sienten ahora y esos cuestionamientos sean un motivo para que este nuevo año que comienza nos "pellizquemos" y comprendamos que como dice Juanes en su canción: "la vida es un ratico" y este, el ahora, es el momento de aprovecharla, y eso implica salir de la rutina y buscar actividades que nos hagan felices, nos sean terapéuticas.
Bailar es mi terapia. Vuelvo y pregunto: ¿Cuál es la suya?
Piensen por un momento cuál fue la razón para dejar de hacer esa actividad alterna que les gusta. Y aunque su razón sea de peso, busque la manera de que salir de la rutina se convierta también en una razón de peso para usted. Hágalo por su salud mental, por su salud física, por su tranquilidad y felicidad. Hágalo y experimente (por si no lo ha hecho) esa sensación distinta, le aseguro que sonreirá más, que tendrá más energía, que tendrá mejor concentración, su memoria mejorará y dormirá más tranquilo.
¿Por qué dejar todo para cuando nos vayamos a jubilar? es emocionante ver a los adultos mayores hacer la actividad que siempre quisieron hacer, como tocar piano, guitarra, bailar tango, etc, pero a más de uno le he escuchado decir: ¿Yo porqué me dormí tanto para empezar tal cosa...? Que esa felicidad que ellos sienten ahora y esos cuestionamientos sean un motivo para que este nuevo año que comienza nos "pellizquemos" y comprendamos que como dice Juanes en su canción: "la vida es un ratico" y este, el ahora, es el momento de aprovecharla, y eso implica salir de la rutina y buscar actividades que nos hagan felices, nos sean terapéuticas.
Bailar es mi terapia. Vuelvo y pregunto: ¿Cuál es la suya?
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