“Ojalá descanses un poco el
cuerpo y la mente de toda esta tragedia”, con esas palabras, dichas por mi
hermana, comienzo este texto que necesito escribir para hacer catarsis de lo
que significa trabajar como periodista en una catástrofe, en un hecho noticioso
tan negativo y triste en el que uno debe dejar de lado los sentimientos y
emociones y tiene que centrarse en el quehacer de nuestra profesión: informar.